Adriana R. Galván
Torres
La colección de
material informativo editada en conjunción por Defenders of Wildlife y Teyeliz
se ha enriquecido con un nuevo ejemplar: ¡Pepe el
Loro es inocente! Se trata de una
historieta infantil con vívidas ilustraciones, un relato muy apegado a la
realidad y de acceso gratuito en la página de pericosmexico.org1.
¡Pepe el Loro es
inocente! es una
historia verídica con personajes ficticios que se repite año tras año en la
época de reproducción de los pericos, loros y guacamayas – o psitácidos como se
nombra científicamente a este grupo de aves. Se trata de la historia de Pepe el
Loro, un loro frente blanca, quien pierde familia y hogar gracias a los humanos.
El hábitat original del loro frente blanca
(amazona albifrons del latín albus 'blanco' y frons
'frente') se
extiende por la vertiente del Pacífico, exceptuando Colima y Michoacán y abarca
toda la Península de Yucatán. Esta especie necesita cuevas de árboles para
anidar y mantiene fuertes lazos familiares. Debido principalmente al comercio
ilegal y a la deforestación, la población del loro frente blanca ha sido
diezmada e incluso extirpada de extensas áreas de la costa del Pacífico. Esta es
la segunda especie más traficada después del periquito frente naranja.
¡Pepe el Loro es
inocente! comienza cuando Pepe y su pareja observan
preocupados que unos niños se roban los polluelos de un nido de periquitos de
frente naranja (aratinga canicularis). Para protegerse, la pareja decide
anidar en el hueco de un árbol muy alto y así no ser alcanzados por los
saqueadores de nidos. Desgraciadamente, nada parece detener al humano, bien
conocido como el depredador más poderoso.
En un día común, Pepe el
Loro sale a buscar comida para alimentar a su pareja y pequeños polluelos,
quienes lo esperan pacientemente en el nido. Mientras estaba ausente, los
saqueadores subieron al árbol, se llevaron a los polluelos e hirieron
mortalmente a la mamá. Los papás-loros defienden ferozmente a sus crías y
seguido pierden la vida en el intento.
Al regresar, Pepe el Loro
descubre a su pareja agonizando por una profunda herida, quien le cuenta lo
sucedido antes de expirar. Esta es la constelación que está acelerando el
proceso de extinción: Los polluelos, que son la próxima generación de ejemplares
jóvenes, se pierden. Una hembra reproductora es asesinada y, para colmo de
males, uno de los pocos nidos que quedan es destruido. Esta es la triple
tragedia psitácida.
A partir de esta pérdida,
como todo padre de familia, Pepe el Loro se dedica desesperadamente a buscar a
sus hijos loritos. Así descubre en el pueblo a los traficantes de animales
silvestres, quienes tienen en su poder cientos de loritos, algunos agonizando y
muchos ya muertos. En una pila de cadáveres Pepe el Loro descubre muerto a uno
de sus loritos. Los saqueadores lo atrapan y se lo llevan con todo el cargamento
a otra ciudad.
Después de ser adquirido
como mascota, Pepe el Loro es rescatado por un médico veterinario, quien
reconoce que pertenece a una especie en grave peligro de extinción. Esto lo
lleva a un santuario, donde científicos de varias disciplinan lo ponen en
cuarentena, le aplican varios exámenes y lo alimentan. Después de verificar que
no es portador de enfermedades, los expertos deciden reintegrarlo a la vida
silvestre y lo llevan a su lugar de origen.
En la escena final de
esta historia Pepe el Loro, parado en una rama del árbol frente a su nido
destruido, piensa en la familia que acaba de perder. El sabe bien que no ha
cometido ningún crimen y no entiende por qué los humanos le hicieron tanto daño.
Esta historieta nos
recuerda que los humanos podemos evitar que la historia de Pepe el Loro se
repita NO COMPRANDO animales silvestres, pues anualmente mueren alrededor de 60
mil ejemplares debido a la COMPRA y VENTA de psitácidos. Recordemos que de las
22 especies de psitácidos mexicanos, 11 están al borde de la extinción.
Agradecemos a Juan Carlos Cantú de
Defenders of Wildlife y a María Elena Sánchez de Teyeliz y equipo por
enriquecernos con este trabajo.