Científicos y ambientalistas coinciden en que el trazo aprobado para el macrolibramiento de la zona metropolitana de Guadalajara impactará severamente al bosque de La Primavera.
Reconocen que el macrolibramiento es una obra necesaria para desahogar el tráfico foráneo que satura el periférico de la ciudad, pero se manifiestan en desacuerdo con el trazo del proyecto porque estrangulará aún más al “pulmón de Guadalajara” y a la vida silvestre que en él habita.
“Las carreteras truncan los corredores de fauna, son origen frecuente de incendios forestales, facilitan el avance de la mancha urbana y también el acceso a cazadores furtivos” refirió Víctor Busteros, representante de Greenpeace en Jalisco.
Científicos de la Universidad de Guadalajara han advertido reiteradamente que el trazo carretero, aprobado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), se encuentra a escasos mil metros del límite del área protegida, lo cual es una amenaza grave para los últimos corredores biológicos que comunican a La Primavera con el volcán de Tequila, el cerro de Navajas y la zona montañosa de Ameca.
Cabe mencionar que en ése lugar los avistamientos de venado, mapaches y otros mamíferos mayores son bastante frecuentes y de vez en cuando se reporta la aparición de pumas; lo que demuestra la existencia de un importante flujo biológico, vital para mantener la salud genética del ecosistema de La Primavera.
Independientemente de los daños ecológicos, también se prevén afectaciones a una peculiar formación geológica conocida como Toba Tala y a la cuenca hidrológica del valle de Ameca, ya que a lo largo del trazo hay pequeños manantiales que escurren desde el macizo forestal.
Busteros además encuentra una gran incongruencia en el sentido de que el macrolibramiento será una carretera de cuota, pues eso sin duda desalentará a muchos transportistas que preferirán seguir circulando por el periférico de la ciudad para ahorrarse el peaje.
“Es mejor ampliar la actual carretera libre entre los poblados de Santa Cruz de las Flores y Tala, ya que así se mantendría la carretera lejos del bosque, sería más fácil conservar los corredores de fauna existentes, se facilitaría la construcción de ese tramo del macrolibramiento, se ahorrarían muchos millones de pesos e inclusive habría posibilidad de conseguir financiamiento por medio del Mecanismo de Desarrollo Limpio de la ONU” propuso el ambientalista.
El bosque de La Primavera tiene poco más de 36,000 hectáreas, de las cuales 30,500 están protegidas por leyes federales, cuenta con la denominación de Reserva de la Biosfera por la Unesco y está considerado como una región prioritaria para la segunda ciudad más poblada de México por los beneficios ambientales que le aporta y ser uno de los últimos refugios de la vida silvestre en el centro del Estado. Sin embargo, en los últimos años la presión por el crecimiento de la mancha urbana y la actividad agropecuaria amenazan seriamente su conservación.