martes, 3 de julio de 2007

Deforestación y arrecifes de coral


Agosto 31 de 2005
Por: Ronald Dragusa / Sea of Cortez Watch Society


El arrecife de coral es el ecosistema submarino más bello y biodiverso que existe, se desarrolla en mares tropicales y en algunos lugares ha formado grandes barreras de cientos de kilómetros. En nuestro país hay pequeños arrecifes en el Océano Pacífico, de regular tamaño en el Golfo de México y un gran sistema arrecifal discontinuo en el Caribe que se extiende hasta Honduras.

Los corales son organismos marinos que se agrupan en colonias creando estructuras duras de carbonato de calcio, son delicados y de muy lento crecimiento, razón por la cual tardan siglos en constituir arrecifes. Entorno a ellos progresan innumerables especies que en conjunto integran uno de los ecosistemas más complejos del planeta.

Hablar de deforestación supone únicamente perdida de cubierta forestal en tierra, no obstante su impacto trasciende a otros ecosistemas tan lejanos como el arrecife de coral.

Actividades humanas como la tala inmoderada, los incendios forestales por descuido o provocados para ampliar las áreas agrícolas, ganaderas y urbanas son las principales causas de la deforestación, que a su vez genera erosión, perdida de humedad y trastornos climáticos.

El aumento de calor en las regiones deforestadas, así como el bióxido de carbono (CO2) generado por los incendios forestales contribuyen al cambio climático global, fenómeno que igualmente ha repercutido en los océanos afectando al coral que está muriendo por una enfermedad llamada "blanqueado" la cual ha sido relacionada directamente con el calentamiento del planeta.

Por otro lado, la erosión y perdida de humedad resultante de la inestabilidad del suelo deforestado provoca que grandes cantidades de tierra sean arrastradas por la lluvia a través de los ríos hasta el mar donde enturbian las aguas y cubren los arrecifes, impidiendo que reciban oxigeno y luz solar suficiente.

Los bosques de mangle merecen especial atención, ya que estos actúan como filtros naturales de los arrecifes coralinos, reduciendo y asentando los arrastres provenientes de tierra; por desgracia en México la construcción de desarrollos turísticos y granjas camaronícolas ha conllevado destrucción de manglares.

Un lamentable ejemplo de las condiciones anteriores son los arrecifes de coral ubicados frente a la costa de Nayarit, incluyendo Bahía de Banderas; los cuales han sido gravemente afectados por la deforestación serrana y la destrucción de grandes extensiones de manglar en la zona costera.

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